EL ESPEJO DE BLANCA NIEVES

Hoy quisiera hablar con él… recuerdo de mis noches sin sueños, en las cuales me sumergía en mis libros, amigos incondicionales que nunca me negaron compañía…
Lo odié muchas veces… Lo declaré culpable al juzgar el duro destino de Blanca Nieve… Gocé con su final, e imaginé el crujir de su ocaso al caer sin piedad en el suelo.
Hoy, tal vez siga siendo, el duro verdugo que puebla, vigilia de abuelas y niños que buscan el sueño que se oculta para postergar el tiempo de infancia, que pasa muy rápido y sella destinos, en las futuras vidas.
Con él quiero hablar y abrazarlo entre mis brazos. Pedirle perdón y suplicarle que reviva, que me lleve a ese mundo que juzga belleza, que se asombra ante la verdad y es incapaz de traicionar a la misma. Pero a la vez lo rechazo sin culpa.
El espejo, amigo que encuentra la muerte por no ceder a caprichos egoístas, de quién, lo cree a su servicio.
Muerte que a la vez lleva a la muerte, que no es tal muerte, pues la bondad siempre encuentra un recurso para quebrar corazones, que parecen duros…
Espejo y verdugo; verdad y mentira… Dualidad inexplicable que quizás permite acoger lo falso en nuestros corazones.
¿Mentira o estrategia? Oh palabras, que confusos son sus caminos… que inexplicables son sus esencias que parecen tan reales y a la vez se transforman, haciendo válido, aún lo prohibido.
Espejo… Ya te has ido. Mi mente sólo te recuerda, pero tu esencia se me ha perdido. Ya no puedo juzgarte porque la vida me ha confundido… Porque te odie por tu crueldad y hoy tu honestidad me conmueve.
Quisiera juzgarte por tus actos pero no puedo olvidar a Blanca Nieve…
Quisiera aplaudirte por escogerla entre todas pero no puedo olvidar, que tu elección la llevó a la muerte…
Quisiera decirte que hoy puedo hallar la respuesta… pero es cruda la vida. Prefiero decir que te has ido… Ocultarte en el desván de mis pensamientos y acusar a la memoria que exige recuerdos pero yo niego.
Pues aún no me ha dado respuestas la vida…
¡¿Cruel o Fiel… Bueno o cretino…?!

EL JARRON AMARILLO

Sábado...
El sonido de las ventanas, la radio, el movimiento de los muebles...
El canto de las canillas. El dulce choque del chorro de agua sobre las bases de los baldes.
¡Imposible seguir durmiendo!
El rayo de luz inundando mi cara. Su sonrisa...
Y lo infaltable: Su voz.
-“Arriba, hoy es día de limpieza.
Mis recuerdos...
Siempre me pregunté que sucedería si hubiese decidido no levantarme, pero nunca lo intenté.
Así entre escobas y plumero; escobillón, rejillas y baldes, proyecté mi vida hacia un supuesto que jamás llegó.
Su promesa:
“- Pon atención y hazlo con esmero... Ya te acordarás de mí cuando tu esposo e hijos se sientas orgullosos –
Así entre fantasías y supuestos mis horas pasando…
El sol dibujando siempre una hermosa línea curva en el cielo.
Y él, allí. Inerte, esplendoroso, guardando en su silencio las historias de familia que hablaban de nobleza.
Amarillo, impecable; sin un rasguño...
El jarrón amarillo... Herencia de la familia. Superviviente de travesías incontables, de exilios, de inmigraciones, de mudanzas, de alegrías y dolores.
Perpetuador de sueños y de un linaje real que quedó muy lejos, enterrado allá, al otro lado del océano.
El jarrón amarillo, este que en un acto casi mágico, mis tíos me entregaron...
Hoy. Con el recuerdo fresco del funeral de mi madre.
Me han escogido y él se encarga de sellar el designio.
Han partido. Estoy sola... Sin el orgullo de mi marido y mis hijos, tal cual lo prometiera. Con la pulcritud y el esmero del linaje tan defendido.
Estoy sola, con él. Y tengo que construirle un espacio para que luzca espléndido, como observador inerte de esa parábola que el sol seguirá dibujando en el firmamento. De esa cruel línea que irá marcando mis tiempos.
Estoy sola. Con mi odio y su eternidad.
Necesito arrojarlo al piso...
Quisiera sepultar entre sus ruinas tanto tormento.
Porque se adueñó de nuestros sueños... Estando allí siempre muerto, cual estandarte que condiciona muchos proyectos.
Lo tengo entre mis manos... entre la destrucción y el abrazo.
Esta acá y es mi futuro.
¿ Lo destruyo o lo sostengo?

CAMINO POR LA PLAYA

Camino por la playa sin saber por qué
Quizás sólo porque me atrapa esa huella que estampo al pisar…
Miro hacia atrás y las veo… hasta adonde alcanzo a mirar…
Son mías…
Hay más a lo lejos; pero la distancia me las roba… ¿O mi vista las entrega?...
Yo tracé la ruta por eso se que están…

Una embarcación distrae mi atención…
Es inmensa… Trae consigo contenedores… ¿Qué ocultarán?
Olvido mis huellas…
Atravieso sus paredes; comienzo a ver…
En el primero viene mi casa y todo lo que en ella no hay. Mesas, sillas, ese colchón nuevo que tanto se hace esperar… Lámparas, los cuadros que anhelo y también algo que ya no quiero ni soñar…
Atrás viene mi automóvil, con sus llantas cromadas y el carné de conducir que nunca llego a sacar…
Siguen pasando…
Uno trae a mis hijos; grandes, felices; alcanzando sus logros y mucho más…
El último trae mis libros… mis alumnos, mis centros educativos, mis amigos… Todos están felices porque han logrado cambiar…
El barco comienza a alejarse y veo su nombre atrás.
ESPERANZA dice muy grande y río… porque es feo llorar…
Voy a seguir mi camino, pero antes miró hacia atrás…
Unas olas enormes se llevan mis huellas… ellas ya no están.
Esperanza se lleva mi ruta… se aleja…
En sus contenedores lleva mis sueños, eso que mi vista pudo objetivizar…
Ellos marchan hacia la izquierda mi horizonte esta para allá…
Giro abruptamente… Tengo que llegar…
Que bueno crear una ruta…
Siempre se puede empezar.

DELIRIO

Dicen y te dicen como tratando de intimidar
que eres en mi vida un signo, una constante…mi eternidad.
Enuncian tu hermosura como significante fatal
de un silencio que sólo yo vivo y que me vuelve real…
La terrible irrealidad que algunos construyen.
matando tu esencia, nutrida de verdad.…
Impregnado de sueños, no de fantasías… Si de realidad….
Rompes estructuras, ídolos de barros…
caminos de algunos que no se atreven a crear.
Imagen de un espejo que alcanza las alturas
Que irrumpe, que no calla… que vibra…
Obra sublime que sólo toman... Los que pueden amar.

GRAVEDAD...

No existes... No estás... Pero tu esencia se impone...

Exijes, condicionas...

Mi cuerpo se nutre de tu agudeza extrema,

adquiere el significante de un abstracto,

que me entierra en los cimientos

de un mundo materializado que me llama,

que me estorba, que me aliena...

Me llaman las alturas...

Las busco, las añoro...

Y cuando intento subir... tu lamento me ancla,

me estorba, me atrapa...

Hay un punto... un punto que mata,

que corta el aliento... y hiede a muerte.

Un punto en el cual la sangre se aliviana...

el sudor se extremece... y el corazón clama.

Un punto en el cual se unen la vida y la muerte...

el delirio y la cordura...

la nada y el todo.

Gravedad impones...

Amor...llamas...

Vuelo o exigencia...

Peso o vacío...

Libertad o anhelo.