viernes, 21 de marzo de 2008

Él no sabe de esto...



El sol asamaba sus rayos, cual tímido niño que abre una puerta a un mundo desconocido, al cual debe explorar, para luego volverlo suyo y

apegarse a él.


A medida que lo hacía; la luz desdibujaba sombras; lo supuesto se hacia cierto y lo fantasmal perdía su esencia...


Era el día que se imponía y con él el tiempo...


La noche cedía su esencia, retiraba sus brazos y con ellas su magia; la de lo oculto, la de lo sátanico, que quizás no es tan cierto.


El día y la noche, en increíble reto... y el sol... un astro condicionante que no sabía de esto, porque no era su deseo sino su esencia.


La noche lo evadía, los fantasmas lo repudiaban y los idólatras, aseguraban su magnificencia...


Él, no sabía... Porque es sol no busca respuestas, ni explica silencios.


La rueda girado... él asomando... Los significantes en aquellos que buscan o dejan...


Él sólo sabe de tiempos, de ciclos, de rutas marcadas por un hacedor que está en su cuerpo...


Él es el sol, la que lo espera es la tierra... Ellos no diálogan tan sólo se encuentran, en una sinfonía que danza, que los acerca y aleja...


Ellos no saben de clima, de noches, de siestas...


Ellos no hablan, el mundo interpreta...


Ellos se ceden porque esa es su esencia... Ellos donan... y con esto elaboran, sonidos que nutren de belleza...


La sinfonía los toma... son un acorde al que respetan...


La danza sonora, atrae disonancias, silencios, cadencias...


Ellos suenan.


Invita la danza...


¡ NO LA INTERPRETES! ¡DANZA!... Sólo eso...